lunes, 25 de mayo de 2009
La semana pasada escuché la respuesta de Ramírez Acuña sobre el movimiento de anulación del voto: "es un grupúsculo". Así nomás. Y ese es el problema. La soberbia, el cinismo con los que se desenvuelven estos grillos. Y por otro lado estamos nosotros, el grupúsculo, que quincenalmente pagamos sus sueldos para que ellos y sus familias vivan confortablemente y lejos de la crisis. Unos pagarán más impuestos, otros menos, pero al final todos los sostenemos. Y lo interesante es que en ese todo caben los que votan, los que anulan el voto y los que no votan. Todos. No importa que yo haya votado por el candidato que no ganó el puesto, porque mis impuestos irán a pagar la quincena del ganador. Yo le diría a este señor que no muerda la mano que le da de comer, que sólo necesita un poquito de conciencia para darse cuenta que TODOS lo mantenemos.
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