POR UNA ANTICAMPAÑA PARTIDISTA
Yo anulo mi voto
La ley de IFE prohíbe hacer campaña el día de las elecciones afuera de las casillas. Pero no hay ley que prohíba hacer anti campaña. Llamar a no votar es para fines prácticos, hacer una campaña anti partidos políticos. Quienes la hacemos, somos ya un partido sin necesidad de oficializarse.
Una masiva votación por la anulación, si pudiera contarse, debería repercutir en la anulación de la elección en cuestión.
Para eso se requeriría un cambio profundo en la ley electoral. Una regulación que exigiera a los partidos demostrar ante la ciudadanía que sus candidatos son personas competentes para el ejercicio del poder público, es decir para tomar decisiones que representen de manera equitativa los intereses de todos los grupos sociales ciudadanos, sean mayorías o minorías. Y de probada honestidad. Hasta ahora los mecanismos para tales efectos son fallidos. Nada sencillo de lograr a corto plazo.
Voy a anular mi voto con la esperanza de que quienes lo anulemos, lleguemos a establecer compromisos civiles capaces de inventar una nueva formula para la elección política de nuestros representantes. Por una democracia cada vez menos imperfecta.
La democracia empieza por la participación y manifestación sistemática y organizada de los ciudadanos. PROPONGO 1) Que el día de la elección hagamos labor de convencimiento para la anulación del voto. 2) Que quienes anulemos nuestro voto, tengamos el valor de manifestar públicamente, en un blog, nuestros nombres para acercarnos a un conteo. 3) Que los interesados nos mantengamos en activo civil aun después de las elecciones y listos para vigilar y exigir con miras al 2012
El voto es una práctica que sirve para que los ciudadanos escojan a las personas que quieren que representen sus intereses republicanos: sociales, políticos y económicos. Y los defiendan mediante los poderes del Estado; de las instituciones y las personas, sirviéndose de los órganos del gobierno. Si no estamos siendo representados y defendidos, por los gobernantes, los servidores públicos, los jueces, diputados, senadores, Presidentes de municipio, estado y nación, es por que todos ellos han formado un cuerpo compacto para el que la ciudadanía no cuenta. Todos ellos trabajan por sus intereses y los partidos políticos son el bastión de donde surge el poder. Además están de acuerdo con los medios de comunicación, con los representantes del sector empresarial que sustenta el poder económico y con los sindicatos de las instituciones públicas cuyos agremiados se ven comprometidos por terceros, en las correspondientes seudo representaciones, a seguir el juego, lo que pervierte y corrompe el ejercicio de la burocracia que de otra manera debería ser ennoblecido.
PERO la sociedad civil, que somos los ciudadanos en general, y los mayores de edad en particular; somos libres para organizarnos y buscar caminos nuevos y formas nuevas de representación. Lo que necesitamos para una buena vida con protección y oportunidades de desarrollo individual equitativo, debe ser defendido por cada uno de los que ya no creemos en, ni queremos ser representados por zánganos, ningún partido, ningún candidato ofrece desarrollar estrategias y acciones que mejoren nuestras condiciones de vida.
Todos deberíamos comprometernos con hacer ANTI CAMPAÑA afuera DE LAS CASILLAS. Invitar a los ciudadanos a anular su voto. Deslegitimar los triunfos electorales y las estrategias de elección y después mantenernos en activo para diseñar estrategias para que el gobierno nos devuelva el PODER. Poder de decidir y de aplicar nuevas formas democráticas e instrumentos de sanción a quienes siendo votados no cumplan con los compromisos de la práctica de las instituciones públicas y de los órganos de gobierno. Nosotros somos el ESTADO.
Lizette Donath de la Peña
miércoles, 24 de junio de 2009
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